No te levantes
En la lucha
cotidiana y espiritual, tenemos grandes retos uno de ellos es
perseverar hasta
el fin.
Mientras
transcurre nuestra vida sucederán eventos y situaciones que vendrán a
esclarecer el por qué hacemos o no las cosas que creemos buenas ante
dios.
En esta ocasión
te hablare sobre el ayuno y el cilicio
El ayuno y
el cilicio.
Conociendo
mi contextura personal y sabiendo que una de mis debilidades es ser una
persona
explosiva e iracunda. Cuando inicie mi
camino espiritual, nunca utilice el ayuno y el cilicio como una
herramienta
para eliminar estos aspectos negativos, sin embargo mientras más ayunos
y
cilicio se acumularon en mi vida, el flujo de esa energía en vez de ser
explosiva e iracunda, se convirtió en un arma letal para incidir y
llegar al corazón
de las personas que escuchaban las palabras verdaderas.
En una de
mis últimas batallas espirituales, para buscar almas para cristo, viaje
de país
a los Estados Unidos.
Me quede en
casa de una persona que aparentemente es cristiana, pero muchas veces
creemos
ser cristianos por sentarnos un día a la semana en la iglesia o dos. Y luego que salimos de la iglesia tenemos los
mismos pensamientos inicuos de siempre. Vamos a tomarnos un shoot. El que se acerca a dios y está verdaderamente
buscándole
en espíritu y verdad, tiene que ser transformado. Es imposible que la
cobertura
del rey caiga sobre nosotros y nuestros planes continúen siendo los
mismos. Si es
así, revisémonos.
En la casa
de esta persona, que me ofreció trabajo, muy alegre para mí pues sería
en los
acilos, donde podría orar por los ancianos, también esperaba la
oportunidad de
orar en los hospitales por los enfermos. Sin embargo esta oportunidad
nunca
llego.
Puesto que a
partir del primer mes cuando ya uno se organizó y entiende que debe
integrarse
a una iglesia y empezar a hacer la obra no importa el lugar donde este.
Se iniciaron ciertas complicaciones las
cuales
desencadenaron en romper la columna de luz que utilizaba para orar por
los
enfermos y hacer la obra.
La iglesia
me quedaba muy lejos de la casa, mi anfitrión busco miles de pretextos
para
llevarme al hospital, hasta un virus que mataba al que entraba en
contacto con él.
Hasta que desistí de la idea de ir al hospital.
Soy amante
de la adoración en la iglesia, me encanta cuando el fuego de dios
desciende en
medio de una alabanza. Sin embargo me encontré con muchas iglesias
frías en
este lugar. Sin embargo me regocijo que escuche de bocas de otros, que
dijeron.
Wao hoy hubo un gran avivamiento en la alabanza.
Al no
encontrar ese fuego que buscaba, decidí no dormir en la cama, y seguir
haciendo
cilicio como lo hacía antes del viaje. Además de hacer ayunos
incendiarios, y
gozarme con alabanzas y oración mientras estaba solo en la casa.
Pero aquí vino
la guerra. Primero se me prohibió subir el radio, aunque no lo tenía a
un
volumen elevado. Más bien escuchaba música mundana entrar por mi
ventana todo
el día y nadie se quejaba de esto.
Lo que aún
no sabía era lo que había de venir. Mientras visitaba los acilos, en
muchas ocasiones
se me brindaba de toda clase de alimentos los cuales en muchas
ocasiones decidía
no aceptar porque estaba en propósito. A
lo que iniciaron los ataques contra el ayuno.
Ataques
contra el ayuno.
Mi anfitrión
se dedicó a la tarea de buscarme mil y una objeciones al ayuno y el por
qué
esto hoy en día ya no se usaba. Y me preguntaba por qué lo hacía, sin
embargo
no tenía una respuesta contundente hasta hoy. El ayuno me
fortalece para resistir las tentaciones y hace de mi hombre
espiritual un hombre ejercitado y capacitado para discernir lo correcto
de lo
incorrecto.
En un
momento que fue menguando la alabanza, se abrió mi boca, al deleite de
todo
alimento, realmente era mucho lo que se podía comer y apetitoso ante
los ojos
en gran manera. Y se entregó mi boca a comer y a deleitarse en todo
alimento olvidándome
del ayuno y complaciendo a mi amigo.
Más tarde
no tardaría el ataque contra la última barrera de defensa y eficaz.
El
cilicio.
Aun no
comprendo por qué le molestaba que yo hiciera cilicio y hoy aun me
pregunto cómo
él sabía que yo hacía cilicio. Pues dormía solo y con la puerta
cerrada. Esto
era algo de lo que a continuo me preguntaba, por qué duermo en el
suelo, sirve
esto para algo? Jesús ya pago nuestros
pecados.
Ciertamente
Jesús pago nuestros pecados, sin embargo yo aún sigo en esta tierra, en
donde
tengo que ser probado y la única forma de que se consume ese amor es
permaneciendo en ese amor de Jesús. NO TE LEVANTES.
Tras
tantas preguntas entro la duda a mi
mente, y probé el sabor de una rica cama. Cuando uno sale hacer una
obra, no
sale de vacaciones, hay fuerzas que se oponen y no te será fácil hacer
lo que
has de hacer si no te mantienen firme.
Luego de
haber dormido en la cama, no tarde mucho para empezar a hacerlo de
continuo, lo
que no entendía es que el cilicio, me privaba de ciertos placeres y
aprendí a
tener auto control. Y por mí mismo decidía cuando quería una cosa o no,
cuando quería
comer algo o no. Cuando una tentación venia tenía el poder para decir
NO, aun
fuera placentera a mi cuerpo físico.
Más
adelante, ya me encontraba sentado en un restaurant, que a mi parecer
no era un
restaurant más bien era un bar, con unas jóvenes muy sexys, las cuales
mi anfitrión.
Ya había iniciado a cortejar y a presentarme.
Cuando salí de este lugar, mi primer
pensamiento fue irme de la casa de esta persona. Sin embargo, el aun no
me
pagaba el mes de trabajo. A lo que a mi
insistencia él se molestó. Y para mi sorpresa, yo que había tenido un
temple en
todo, le conteste con el ímpetu de mis tiempos anteriores.
Gracias a
dios, que cuando partí de su casa, pude encontrar una iglesia a la cual
asistir
y herido luego regresar a mi país, para volver a recobrar las fuerzas
espirituales.
Esta es
solo un fragmento de todo lo acontecido, sin embargo me dio a entender,
que la
batalla no se perdió en el momento en que volví a tener la ira
presente, si no
cuando accedí a levantarme de los propósitos.
Dios les
Bendiga.